Desde que Benedicto XVI ha asumido su Pontificado, ha querido que en todas las celebraciones de la Misa, los fieles que acuden a recibir de él la comunión lo hagan de rodillas y en la boca. Él mismo explica que ha tomado esa decisión para resaltar el sentido sagrado y la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
jueves, 14 de julio de 2011
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